¡Oh María, Virgen de la espera y Madre de la esperanza,
reaviva en toda la Iglesia el espíritu del Adviento,
para que la humanidad
entera
se vuelva a poner en camino hacia Belén,
donde vino y de nuevo vendrá
a
visitarnos el Sol que nace de lo alto,
Cristo nuestro Dios!
Amén. (P. Benedicto XVI)