domingo, 30 de mayo de 2010

La Santísima Trinidad, cercanía amorosa de Dios

ORACION A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
(Beata Sor Isabel de la Trinidad)


“¡Oh, Dios mío, Trinidad a quien adoro! Ayudadme a olvidarme enteramente para establecerme en Vos, inmóvil y tranquila, como si mi alma estuviera ya en la eternidad. Que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de Vos, ¡oh mi Inmutable!, sino que cada minuto me haga penetrar más en profundidad de vuestro misterio. Pacificad mi alma, haced de ella vuestro cielo, vuestra morada amada y el lugar de vuestro reposo.

Que no os deje allí jamás solo, sino que esté allí toda entera, completamente entregada a vuestra acción creadora”

Alabemos a Dios Trino porque en su bondad y amor sin límites ha querido que el amor que hay en Él se manifieste en nosotros y nos hagamos responsable de compartirlo con quienes nos encontramos diariamente.
Pidámosle perdón por las ocasiones en que hemos pretendido creer en un Dios de reglas más que de principios y valores que le dan sentido a nuestra vida.
Supliquémosle que la confianza que Él tiene en cada ser humano nos anime a rectificar permanente nuestro camino hacia el amor.

sábado, 29 de mayo de 2010

Micro lecturas marianas

30 de Mayo
MARÍA ES REINA DEL CIELO
Ella vive y nos protege; está junto al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, en cuerpo y alma. Es la misma que nació en Palestina, que se entregó al Señor desde niña, que recibió el anuncio del Arcángel Gabriel, que dio a luz a Nuestro Salvador, que estuvo junto a Él al pie de la Cruz
En Ella adquieren realidad todos los ideales; pero no debemos concluir que su sublimidad y grandeza nos la presentan inaccesible y distante.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Meditar la oración de la “Salve” y el Trisagio a la Santísima Trinidad.



29 de Mayo
MARÍA ES LA MEDIANERA
DE TODAS LAS GRACIAS
Con su poder delante de Dios, nos alcanzará lo que le pedimos; como Madre quiere concedérnoslo. Y también como Madre entiende y comprende nuestras flaquezas, alienta, excusa, facilita el camino, tiene siempre preparado el remedio, aun cuando parezca que ya nada es posible.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Visitar a un amigo o familiar al que queramos animar a ir a confesión sacramental.

viernes, 28 de mayo de 2010

La devoción a la Virgen en la Iglesia Primitiva

"Desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada" (Lc 1, 48).


La virgen María ha sido honrada y  venerada como Madre de Dios desde los albores del cristianismo.


"LOS PRIMEROS CRISTIANOS, A LOS QUE HEMOS DE ACUDIR SIEMPRE COMO MODELO, DIERON UN CULTO AMOROSO A LA VIRGEN. EN LAS PINTURAS DE LOS TRES PRIMEROS SIGLOS DEL CRISTIANISMO, QUE SE CONSERVAN EN LAS CATACUMBAS ROMANAS, SE LA CONTEMPLA REPRESENTADA CON EL NIÑO DIOS EN BRAZOS. ¡NUNCA LES IMITAREMOS BASTANTE EN ESTA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN!" (SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ)



Como han puesto en evidencia los estudios mariológicos recientes, la Virgen María ha sido honrada y venerada como Madre de Dios y Madre nuestra desde los albores del cristianismo.
En los tres primeros siglos la veneración a María está incluida fundamentalmente dentro del culto a su Hijo. Un Padre de la Iglesia resume el sentir de este primigenio culto mariano refiriéndose a María con estas palabras: "Los profetas te anunciaron y los apóstoles te celebraron con las más altas alabanzas".
De estos primeros siglos sólo pueden recogerse testimonios indirectos del culto mariano. Entre ellos se encuentran algunos restos arqueológicos en las catacumbas, que demuestran el culto y la veneración, que los primeros cristianos tuvieron por María.
Tal es el caso de las pinturas marianas de las catacumbas de Priscila: en una de ellas se muestra a la Virgen nimbada con el Niño al pecho y un profeta (quizá Isaías) a un lado; las otras dos representan la Anunciación y la Epifanía. Todas ellas son de finales del siglo II. En las catacumbas de San Pedro y San Marceliano se admira también una pintura del siglo III/IV que representa a María en medio de S. Pedro y S. Pablo, con las manos extendidas y orando.
Una magnífica muestra del culto mariano es la oración "Sub tuum praesidium" (Bajo tu amparo nos acogemos) que se remonta al siglo III-IV, en la que se acude a la intercesión a María.
Los Padres del siglo IV alaban de muchas y diversas maneras a la Madre de Dios. San Epifanio, combatiendo el error de una secta de Arabia que tributaba culto de latría a María, después de rechazar tal culto, escribe: "¡Sea honrada María! !Sea adorado el Señor!".
La misma distinción se aprecia en San Ambrosio quien tras alabar a la " Madre de todas las vírgenes" es claro y rotundo, a la vez, cuando dice que "María es templo de Dios y no es el Dios del templo" , para poner en su justa medida el culto mariano, distinguiéndolo del profesado a Dios.
Hay constancia de que en tiempo del papa San Silvestre, en los Foros, donde se había levantado anteriormente un templo a Vesta, se construyó uno cuya advocación era Santa María de la Antigua. Igualmente el obispo Alejandro de Alejandría consagró una Iglesia en honor de la Madre de Dios. Se sabe, además, que en la iglesia de la Natividad en Palestina, que se remonta a la época de Constantino, junto al culto al Señor, se honraba a María recordando la milagrosa concepción de Cristo.
En la liturgia eucarística hay datos fidedignos mostrando que la mención venerativa de María en la plegaria eucarística se remonta al año 225 y que en las fiestas del Señor -Encarnación, Natividad, Epifanía, etc.- se honraba también a su Madre. Suele señalarse que hacia el año 380 se instituyó la primera festividad mariana, denominada indistintamente "Memoria de la Madre de Dios", "Fiesta de la Santísima Virgen", o "Fiesta de la gloriosa Madre".

El testimonio de los Padres de la Iglesia

El primer Padre de la Iglesia que escribe sobre María es San Ignacio de Antioquía (+ c. 110), quien contra los docetas, defiende la realidad humana de Cristo al afirmar que pertenece a la estirpe de David, por nacer verdaderamente de María Virgen. Fue concebido y engendrado por Santa María; esta concepción fue virginal, y esta virginidad pertenece a uno de esos misterios ocultos en el silencio de Dios.
En San Justino (+ c. 167) la reflexión mariana aparece remitida a Gen 3, 15 y ligada al paralelismo antitético de Eva-María. En el Diálogo con Trifón, Justino insiste en la verdad de la naturaleza humana de Cristo y, en consecuencia, en la realidad de la maternidad de Santa María sobre Jesús y, al igual que San Ignacio de Antioquía, recalca la verdad de la concepción virginal, e incorpora el paralelismo Eva-María a su argumentación teológica. Se trata de un paralelismo que servirá de hilo conductor a la más rica y constante teología mariana de los Padres.
San Ireneo de Lyon (+ c. 202), en un ambiente polémico contra los gnósticos y docetas, insiste en la realidad corporal de Cristo, y en la verdad de su generación en las entrañas de María. Hace, además, de la maternidad divina una de las bases de su cristología: es la naturaleza humana asumida por el Hijo de Dios en el seno de María la que hace posible que la muerte redentora de Jesús alcance a todo el género humano. Destaca también el papel maternal de Santa María en su relación con el nuevo Adán, y en su cooperación con el Redentor.
En el Norte de África Tertuliano (+ c. 222), en su controversia con el gnóstico Marción), afirma que María es Madre de Cristo porque ha sido engendrado en su seno virginal.
En el siglo III se comienza a utilizar el título Theotókos (Madre de Dios). Orígenes (+ c. 254) es el primer testigo conocido de este título. En forma de súplica aparece por primera vez en la oración Sub tuum praesidium, que -como hemos dicho anteriormente- es la plegaria mariana más antigua conocida. Ya en el siglo IV el mismo título se utiliza en la profesión de fe de Alejandro de Alejandría contra Arrio.
A partir de aquí cobra universalidad y son muchos los Santos Padres que se detienen a explicar la dimensión teológica de esta verdad -San Efrén, San Atanasio, San Basilio, San Gregorio de Nacianzo, San Gregorio de Nisa, San Ambrosio, San Agustín, Proclo de Constantinopla, etc.-, hasta el punto de que el título de Madre de Dios se convierte en el más usado a la hora de hablar de Santa María. La verdad de la maternidad divina quedó definida como dogma de fe en el Concilio de Éfeso del año 431.

Las prerrogativas o privilegios marianos

La descripción de los comienzos de la devoción mariana quedaría incompleta si no se mencionase un tercer elemento básico en su elaboración: la firme convicción de la excepcionalidad de la persona de Santa María -excepcionalidad que forma parte de su misterio- y que se sintetiza en la afirmación de su total santidad, de lo que se conoce con el calificativo de "privilegios" marianos.
Se trata de unos "privilegios" que encuentran su razón en la relación maternal de Santa María con Cristo y con el misterio de la salvación, pero que están realmente en Ella dotándola sobreabundantemente de las gracias convenientes para desempeñar su misión única y universal. Estos privilegios o prerrogativas marianas no se entienden como algo accidental o superfluo, sino como algo necesario para mantener la integridad de la fe.
San Ignacio, San Justino y Tertuliano hablan de la virginidad. También lo hace San Ireneo. En Egipto, Orígenes defiende la perpetua virginidad de María, y considera a la Madre del Mesías como modelo y auxilio de los cristianos.
En el siglo IV, se acuña el término aeiparthenos -siempre virgen-, que S. Epifanio lo introduce en su símbolo de fe y posteriormente el II Concilio Ecuménico de Constantinopla lo recogió en su declaración dogmática.
Junto a esta afirmación de la virginidad de Santa María, que se va haciendo cada vez más frecuente y universal, va destacándose con el paso del tiempo la afirmación de la total santidad de la Virgen. Rechazada siempre la existencia, de pecado en la Virgen, se aceptó primero que pudieron existir en Ella algunas imperfecciones.
Así aparece en San Ireneo, Tertuliano, Orígenes, San Basilio, San Juan Crisóstomo, San Efrén, San Cirilo de Alejandría, mientras que San Ambrosio y San Agustín rechazan que se diesen imperfecciones en la Virgen.
Después de la definición dogmática de la maternidad divina en el Concilio de Éfeso (431), la prerrogativa de santidad plena se va consolidando y se generaliza el título de "toda santa" -panaguía-. En el Akathistos se canta "el Señor te hizo toda santa y gloriosa" (canto 23).
A partir del siglo VI, y en conexión con el desarrollo de la afirmación de la maternidad divina y de la total santidad de Santa María, se aprecia también un evidente desarrollo de la afirmación de las prerrogativas marianas.
Así sucede concretamente en temas relativos a la Dormición, a la Asunción de la Virgen, a la total ausencia de pecado (incluido el pecado original) en Ella, o a su cometido de Mediadora y Reina. Debemos citar especialmente a S. Modesto de Jerusalén, a S. Andrés de Creta, a S. Germán de Constantinopla y a S. Juan Damasceno como a los Padres de estos últimos siglos del periodo patrístico que más profundizaron en las prerrogativas marianas
(Fuente: www.primeroscristianos.com)

Micro lecturas marianas

28 de Mayo
LA ASUNCIÓN: MARÍA ES LLEVADA EN CUERPO
Y ALMA A LOS CIELOS

María ha subido a los cielos en cuerpo y alma, ¡los ángeles se alegran! Pienso también en el júbilo de San José, su Esposo castísimo, que la aguardaba en el paraíso. Pero volvamos a la tierra. La fe nos confirma que aquí abajo, en la vida presente, estamos en tiempo de peregrinación, de viaje; no faltarán los sacrificios, el dolor, las privaciones. Sin embargo, la alegría ha de ser siempre el contrapunto del camino.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Una sonrisa cuando alguien nos corrija o juzgue erróneamente.

27 de Mayo
MARÍA, MADRE DEL AMOR HERMOSO

Porque eso es lo que explica la vida de María: su amor. Un amor llevado hasta el extremo, hasta el olvido completo de sí misma, contenta de estar allí, donde la quiere Dios, y cumpliendo con esmero la voluntad divina. Eso es lo que hace que el más pequeño gesto suyo, no sea nunca en vano, sino que se manifieste lleno de contenido. María, Nuestra Madre, es para nosotros ejemplo y camino. Hemos de procurar ser como Ella, en las circunstancias concretas en las que Dios ha querido que vivamos.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Rezar tres Avemarías cada noche, antes de ir a dormir, y hacerlo cada vez con mayor afecto.

26 de Mayo
MARÍA ES EL CAMINO HACIA JESÚS

A quienes se acercan a la Virgen y contemplan su vida, les hace siempre el inmenso favor de llevarlos a la Cruz, de ponerlos frente a frente al ejemplo del Hijo de Dios. Y en ese frente a frente es donde se decide la vida cristiana, María intercede para que nuestra conducta culmine con una reconciliación del hermano menor (tú y yo) con el Hijo primogénito del Padre.
Muchas conversiones, muchas decisiones de entrega al servicio de Dios han sido precedidas de un encuentro con María. Nuestra Señora ha fomentado los deseos de búsqueda, ha activado maternalmente las inquietudes del alma, ha hecho aspirar a un cambio, a una vida nueva. Y así el: “haced lo que Él os diga” se ha convertido en realidades de amorosa entrega, en una vocación cristiana que ilumina desde entonces toda nuestra vida.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Enseñar a un amigo o a un niño a orar con el Rosario.

25 de Mayo
MARÍA, MADRE NUESTRA

Una sugerencia, por si no has hecho, tu experiencia particular, del amor materno de María. No basta saber que es Madre, Ella es tu Madre y tú eres su hijo; te quiere como si fueras el hijo único suyo en este mundo. Correspóndele: cuéntale todo lo que te pasa, hónrala, quiérela. Nadie lo hará por ti, si tú no lo haces.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Meditar las palabras que le dijo a San Juan Diego: - "¿Qué te aflige, acaso no estás por ventura en mi regazo, en el cruce de mis manos? ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?"

lunes, 24 de mayo de 2010

La oración más antigua dirigida a la Virgen. “Sub tuum praesidium”

LA VIRGEN HA SIDO VENERADA COMO MADRE DE DIOS DESDE LOS ALBORES DEL CRISTIANISMO


EN UN PAPIRO EGIPCIO

Edgar Lobel, experto en papirología de la Universidad de Oxford, dedicó su vida al estudio de los papiros encontrados en Egipto. Como es conocido, el clima extremadamente seco de la mayor parte de Egipto ha hecho que se conserven multitud de fragmentos de papiros antiquísimos, con textos de hace milenios, en griego y en copto. Muchos de estos textos se habían perdido. En otros casos, los papiros sirven para confirmar la antigüedad de textos que sí que se habían conservado a través de sucesivas copias o traducciones.
Uno de estos papiros, descubierto en las proximidades de la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco, contenía una oración a la Virgen. Y no cualquier oración, sino una plegaria que continuamos rezando hoy en día, la oración Sub tuum praesidium.

La versión latina es:
Sub tuum praesidium
confugimus,
Sancta Dei Genitrix.
Nostras deprecationes ne despicias
in necessitatibus nostris,
sed a periculis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriosa et benedicta.

La versión castellana, es muy conocida:

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!

la versión en griego clásico, que es precisamente la que se encontró en el papiro. Basta fijarse con detenimiento en la foto del papiro para reconocer las palabras griegas originales:

Ὑπὸ τὴν σὴν εὐσπλαγχνίαν,
καταφεύγομεν, Θεοτόκε.
Τὰς ἡμῶν ἱκεσίας,
μὴ παρίδῃς ἐν περιστάσει,
ἀλλ᾽ ἐκ κινδύνων λύτρωσαι ἡμᾶς,
μόνη Ἁγνή, μόνη εὐλογημένη.

Cabe destacar la presencia del término Theotokos (en este caso, Theotoke, en vocativo), es decir, “Madre de Dios”. Dos siglos después, en el Concilio de Éfeso, se reconoció de forma solemne que este título era adecuado para la Virgen María, contra el parecer de Nestorio. Es decir, en Éfeso, la Tradición de la Iglesia fue defendida contra los que preferían sus propios razonamientos a la enseñanza de siempre de la Iglesia.
Resulta impresionante rezar esta oración, sabiendo que los cristianos la rezaban ya, por lo menos, en el año 250 d.C., que es la fecha en la que Edgar Lobel dató el papiro en el que se encontraba. Nosotros no la hemos recibido de los arqueólogos, sino de la tradición de la Iglesia, a través del latín en el caso de la Iglesia Latina o del griego y el eslavonio antiguo en Oriente. Resulta agradable, sin embargo, que la arqueología nos muestre una vez más que la tradición no es algo inventado, sino que verdaderamente nos transmite la herencia que los primeros cristianos recibieron de Cristo y de los Apóstoles.
THEOTOKOS, LA MADRE DE DIOS

La oración Sub tuum praesidium es un testimonio entrañable, probablemente el más antiguo y el más importante en torno a la devoción a Santa María. Se trata de un tropario (himno bizantino) que llega hasta nosotros lleno de juventud. Es quizás el texto más antiguo en que se llama Theotokos a la Virgen, e indiscutiblemente es la primera vez que este término aparece en un contexto oracional e invocativo. G. Giamberardini, especialista en el cristianismo primitivo egipcio, en un documentado estudio ha mostrado la presencia del tropario en los más diversos ritos y las diversas variantes que encuentra, incluso en la liturgia latina. La universalidad de esta antífona hace pensar que ya a mediados del siglo III era usual invocar a Santa María como Theotokos, y que los teólogos, como Orígenes, comenzaron a prestarle atención, precisamente por la importancia que iba adquiriendo en la piedad popular. Simultáneamente esta invocación habría sido introducida en la liturgia.En el rito romano, su presencia está ya testimoniada en el Liber Responsalis, atribuido a San Gregorio Magno y es copiado en el siglo IX en la siguiente forma: "Sub tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genitrix". Algunos manuscritos de los siglos X y XI, presentan unas deliciosas variantes de esta oración, manteniendo intacta la expresión Santa Dei Genitrix, en estricta fidelidad a la Theotokos del texto griego. Se trata de traducciones fidelísimas del texto griego, tal y como aparece en el rito bizantino, en el que se utiliza la palabra griega eysplagknían, para referirse a las entrañas misericordiosas de la Madre de Dios. La consideración de la inmensa capacidad de las entrañas maternales de la Madre de Dios está en la base de la piedad popular que tanta importancia dio al título Theotokos para designar a la Madre de Jesús. Y quizás como lo más importante sea el hecho de que el testimonio del Sub tuum praesidium levanta la sospecha de que el título Theotokos se origina a mediados del siglo III en la piedad popular como invocación a las entrañas maternales de Aquella que llevó en su seno a Dios. Esta vez, quizás, la piedad popular fue por delante de la Teología. Al menos, es muy verosimil que así fuese. Los fieles que, con sencillez, rezan esta oración a la Sancta Dei Genitrix, la Theotokos, la Madre de Dios, porque la han recibido de manos de la Iglesia, son los que están más cerca de lo que transmitieron los primeros cristianos y, por lo tanto, más cerca de Cristo. La versión latina esta oración ha sido inmortalizada en la música especialmente por Antonio Salieri y Wolfgang Amadeus Mozart.

FUENTES:
Lucas F. Mateo-Seco, La devoción mariana en la primitiva Iglesia
Bruno Moreno Ramos, InfoCatólica
Cfr G. Giamberardini, Il "Sub tuum praesidium" e il titolo Theotokos nella tradizione egiziana, en "Marianum" 31 (1969) 350-351; A.M. Malo, La plus ancienne prière à notre Dame, en De primordis cultus mariani, cit., t. 2, 475-485.


Sub tuum praesidium

Micro lecturas marianas

24 de Mayo
MARÍA, AUXILIO DE LOS CRISTIANOS
Somos aún peregrinos, pero Nuestra Madre nos ha precedido y nos señala ya el término del sendero: nos repite que es posible llegar y que, si somos fieles, llegaremos. Porque la Santísima Virgen no sólo es nuestro ejemplo: es auxilio de los cristianos. Y ante nuestra petición, no sabe ni quiere negarse a cuidar de sus hijos con solicitud maternal.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Meditar cinco misterios del Rosario además de los misterios de este día.

23 de Mayo
MARÍA, REINA DE LOS APÓSTOLES
Y si caminamos de la mano de la Virgen Santísima, Ella hará que nos sintamos hermanos de todos los hombres: porque todos somos hijos de ese Dios del que Ella es Hija, Esposa y Madre. Los problemas de nuestros prójimos han de ser nuestros problemas. La fraternidad cristiana debe encontrarse muy metida en lo hondo del alma, de manera que ninguna persona nos sea indiferente. María, Madre de Jesús, que lo crió, lo educó y lo acompañó durante su vida terrena y que ahora está junto a Él en los cielos, nos ayudará a reconocer a Jesús que pasa a nuestro lado, que se nos hace presente en las necesidades de nuestros hermanos los hombres.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Decir una palabra amable, tener una conversación amistosa con las personas que trabajamos o convivimos.

22 de Mayo
LA PERPETUA VIRGINIDAD DE MARÍA
La pureza, la humildad y la generosidad de María contrastan con nuestra miseria, con nuestro egoísmo. Es razonable que, después de advertir esto, nos sintamos movidos a imitarla; somos criaturas de Dios, como Ella, y basta que nos esforcemos por ser fieles, para que también en nosotros el Señor obre cosas grandes. No será obstáculo nuestra pequeñez: porque Dios escoge lo que vale poco, para que así brille mejor la potencia de su amor.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
La oración: “Bendita sea tu pureza”.

21 de Mayo
LA ORACIÓN DE MARÍA
Supliquemos hoy a Santa María que nos haga contemplativos, que nos enseñe a comprender las llamadas continuas que el Señor dirige a la puerta de nuestro corazón. Roguémosle: Madre nuestra, tú has traído a la tierra a Jesús, que nos revela el amor de nuestro Padre Dios; ayúdanos a reconocerlo, en medio de los afanes de cada día; ayúdanos, para que sepamos escuchar la voz de Dios, el impulso de la gracia.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Una visita a Jesús presente en el Santísimo Sacramento.

20 de Mayo
LA ESPERANZA DE MARÍA
La Virgen participó de modo pleno de la obra de nuestra salvación, tenía que seguir de cerca los pasos de su Hijo: la pobreza de Belén, la vida oculta en el trabajo ordinario en Nazaret, la manifestación de la divinidad en bodas de Caná de Galilea, las afrentas de la Pasión y el divino Sacrificio en la Cruz, la bienaventuranza eterna del Paraíso.
Todo esto nos afecta directamente, porque ese itinerario sobrenatural ha de ser también nuestro camino. María nos muestra que ese es un camino seguro. Ella es el modelo de seguimiento de Cristo. María es la firme esperanza de nuestra propia salvación; por eso la llamamos esperanza y causa de nuestra felicidad.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Una sonrisa aún cuando no sintamos ganas de sonreír a los demás.

19 de Mayo
LA FE DE MARÍA
Si nuestra fe es débil, acudamos a María. Cuenta San Juan que por el milagro de las bodas de Caná, que Cristo realizó a ruegos de su Madre, creyeron en El sus discípulos. Nuestra Madre intercede siempre ante su Hijo para que nos atienda y se nos muestre, de tal modo, que podamos decir: Tú eres el Hijo de Dios.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Rezar la oración “Acordaos” de San Bernardo, por la salvación de cada una de las personas que están más cerca de nosotros.

domingo, 23 de mayo de 2010

PENTECOSTÉS


¡ VEN ESPÍRITU SANTO !
El Espíritu Santo se derrama generosamente en nosotros en la medida de nuestra fe, o sea de nuestra disponibilidad a dejarnos conducir por el mismo Espíritu y dar frutos como discípulos y testigos de Jesucristo. Con nuestras solas fuerzas somos frágiles e inconstantes, pero Cristo Jesús nos concede su Espíritu para dar testimonio valiente de nuestra fe. Me vienen a la mente algunas de las palabras que el Papa Benedicto XVI pronunciaba la semana pasada en Portugal y que ahora cito: "cuando según la opinión de muchos -dice el Papa- la fe católica ha dejado de ser patrimonio común de la sociedad, y se la ve a menudo como una semilla acechada y ofuscada por "divinidades" y por los señores de este mundo, será muy difícil que la fe llegue a los corazones mediante simples disquisiciones o moralismos, y menos aún a través de genéricas referencias a los valores cristianos.
El llamamiento valiente a los principios en su integridad es esencial e indispensable; no obstante, el mero enunciado del mensaje no llega al fondo del corazón de la persona, no toca su libertad, no cambia la vida. Lo que fascina es sobre todo el encuentro con personas creyentes que, por su fe, atraen hacia la gracia de Cristo, dando testimonio de Él."
Cristo Jesús no deja de estar presente con la acción de su Espíritu en la vida de la Iglesia; pero hay muchos bautizados que no reconocen esta presencia de Jesús, ni la acción eficaz de su Espíritu.
El Espíritu Santo nos renueve y fortalezca con sus dones: Nos haga salir del miedo, de la poquedad, de la flojera para que, siendo fieles a Jesucristo, demos un testimonio valiente como discípulos suyos en nuestro ambiente, con obras de verdad, de bondad, de justicia, de solidaridad. (Mons. Rodrigo Aguilar Martinez Ob. De Tehuacán, Pue.)

sábado, 22 de mayo de 2010

NOVENO DÍA (Sábado)


Tú, en aquellos que siempre más te confiesan y te adoran, en tus siete dones, desciende. Dales alivio en la muerte. Dales vida Contigo en las alturas. Dale los gozos que no tienen fin. Amén.

Los frutos del Espíritu Santo

Los dones del Espíritu Santo perfeccionan las virtudes sobrenaturales al permitirnos practicarlas con mayor docilidad a la divina inspiración. A medida que crecemos en el conocimiento y en el amor de Dios, bajo la dirección del Santo Espíritu, nuestro servicio se torna más sincero y generoso y la práctica de las virtudes más perfecta. Tales actos de virtudes dejan el corazón lleno de alegría y consolación y son conocidos como frutos del Espíritu Santo. Estos frutos, a su vez, hacen la práctica de las virtudes más activa y se vuelven un poderoso incentivo para esfuerzos aún mayores en el servicio de Dios.

Oración
Ven, Oh Divino Espíritu, llena mi corazón con tus frutos celestiales: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Que nunca esté yo cansado en el servicio de Dios sino que, por continua y fiel sumisión a tu inspiración, merezca estar eternamente unido Contigo, en el amor del Padre y del Hijo. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

viernes, 21 de mayo de 2010


OCTAVO DÍA (Viernes)

Dobla la voluntad y el corazón obstinado, funde lo que está helado, calienta lo que está frío. Guía los pasos que se han desviado!

El don de Sabiduría

Abarcando a todos los otros dones, como la caridad abraza a todas las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de los dones. De la Sabiduría está escrito: “todo lo bueno vino a mí con Ella, y riquezas innumerables me llegaron a través de sus manos”. Es el don de la Sabiduría el que fortalece nuestra fe, fortifica la esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la virtud en el más alto grado. La Sabiduría ilumina la mente para discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra pierden su sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.

Oración

Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas sobre todo y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria.

jueves, 20 de mayo de 2010

SÉPTIMO DÍA (Jueves)

Sana nuestras heridas, renueva nuestra fuerza. En nuestra aridez derrama tu rocío. Lava las manchas de la culpa.
El don de Consejo
El don de Consejo dota al alma de prudencia sobrenatural, permitiéndole juzgar con prontitud y correctamente qué debe hacer, especialmente en circunstancias difíciles. El Consejo aplica los principios dados por el Conocimiento y el Entendimiento a los innumerables casos concretos que confrontamos en el curso de nuestras diarias obligaciones en tanto padres, docentes, servidores públicos y ciudadanos cristianos. El Consejo es sentido común sobrenatural, un tesoro invalorable en el tema de la salvación. “Y por encima de todo esto, suplica al Altísimo para que enderece tu camino en la verdad” (Ecl 37,15).

Oración
Ven, Oh Espíritu de Consejo, ayúdame y guíame en todos mis caminos para que siempre haga tu Santa Voluntad. Inclina mi corazón a aquello que es bueno, apártame de todo lo que es malo y dirígeme por el sendero recto de tus Mandamientos a la meta de la vida eterna que yo anhelo. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

miércoles, 19 de mayo de 2010

VI día del la novena al Espíritu Santo

SEXTO DÍA (Miercoles)Si tu apartas tu gracia, nada puro permanecerá en el hombre, todo lo que es bueno se volverá enfermo.
El don del Entendimiento

El Entendimiento, como don del Santo Espíritu, nos ayuda a aferrar el significado de las verdades de nuestra santa religión. Por la fe las conocemos, pero por el entendimiento aprendemos a apreciarlas y a apetecerlas. Nos permite penetrar el profundo significado de las verdades reveladas y, a través de ellas, avivar la novedad de la vida. Nuestra fe deja de ser estéril e inactiva e inspira un modo de vida que da elocuente testimonio de la fe que hay en nosotros. Comenzamos a “caminar dignos de Dios en todas las cosas complaciendo y creciendo en el conocimiento de Dios”.

Oración
Ven, Oh Espíritu de Entendimiento, e ilumina nuestras mentes, que podamos conocer y creer en todos los misterios de la salvación, y que por fin podamos merecer ver la eterna luz en la Luz, y en la luz de la gloria tener una clara visión de Ti y del Padre y del Hijo. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

martes, 18 de mayo de 2010

V día de la novena al Espíritu Santo

18 de Mayo
MARÍA ES CORREDENTORA CON CRISTO

Con razón los Papas han llamado a María Corredentora: de tal modo, juntamente con su Hijo, padeció y casi murió; por la salvación de los hombres, con razón puede decirse que Ella redimió al género humano juntamente con Cristo. Así entendemos mejor aquel momento de la Pasión de Nuestro Señor, que nunca nos cansaremos de meditar: “junto a la cruz de Jesús estaba su Madre”.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Ofrecer por medio de María cinco pequeños sacrificios en memoria de las cinco llagas del Señor.

lunes, 17 de mayo de 2010

IV Día de la Novena al Espíritu Santo

17 de Mayo
MARÍA, MADRE DOLOROSA
Nuestra Señora escuchaba las palabras de su Hijo, uniéndose a su dolor: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?” ¿Qué podía hacer Ella? Fundirse con el amor redentor de su Hijo, ofrecer al Padre el dolor inmenso -como una espada afilada- que traspasaba su Corazón puro.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Soportar en silencio cualquier dificultad, dolor o pena, uniéndonos al dolor de nuestra madre. Podemos decir la siguiente oración:
“Quiero estar a tu lado, Virgen dolorosísima, fortaleciendo mi espíritu con tus lágrimas, consumando mi sacrificio con tu martirio, sosteniendo mi corazón con tu soledad, amando a mi Dios y tu Dios con la inmolación de mi ser”. Amén.

domingo, 16 de mayo de 2010

EL ROSARIO ES ESCUELA DE MARÍA

“Quien desea una gracia y no recurre a María es como querer volar sin alas”.

III DIA DE LA NOVENA AL ESPIRITU SANTO

16 de Mayo
MARÍA JUNTO A LA CRUZ
En el Calvario, junto al patíbulo, está en oración. No es una actitud nueva de María. Así se ha conducido siempre, cumpliendo sus deberes, ocupándose de su hogar. Mientras estaba en las cosas de la tierra, permanecía pendiente de Dios.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María
Repetir muchos actos de contrición, pidiendo a nuestra madre que los ofrezca a su hijo crucificado.

sábado, 15 de mayo de 2010

15 de Mayo
MARÍA EN LAS BODAS DE CANÁ
San Juan conserva en su Evangelio una frase maravillosa de la Virgen, en las bodas de Caná. Nos narra el evangelista que, dirigiéndose a los sirvientes, María les dijo: “Haced lo que Él os diga” De eso se trata; de llevar a las almas a que se sitúen frente a Jesús y le pregunten: Señor, ¿qué quieres que haga?”.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Ayudar a quien lo necesite.

viernes, 14 de mayo de 2010

NOVENA AL ESPÍRITU SANTO

NOVENA POR LA UNCION DEL ESPIRITU SANTO:
Pidamos por una poderosa efusión del Espíritu Santo.
Cristo murió en la Cruz para que nosotros seamos transformados por el Espíritu en hijos de Dios, participando de su santidad. Pero debemos desearlo, pedirlo y disponernos a recibirlo.
Rezar cada día de la novena:
-ACTO DE CONTRICCIÓN.
-Acto de consagración al Espíritu Santo diario:
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y todo el amor de mi Corazón.
Me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús.
Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.
-Oración por los 7 dones del Espíritu Santo
Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas, el Espíritu de Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación, el Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén.
PRIMER DÍA (viernes)
¡Espíritu Santo! ¡Señor de Luz! ¡Danos, desde tu clara altura celestial, tu puro radiante esplendor!
El Espíritu Santo
Sólo una cosa es importante: la salvación eterna. Por lo tanto, sólo una cosa hay que temer: el pecado. El pecado es el resultado de la ignorancia, debilidad e indiferencia. El Espíritu Santo es el Espíritu de Luz, de Fuerza y de Amor. Con sus siete dones ilumina la mente, fortalece la voluntad, e inflama el corazón con el amor de Dios. Para asegurarnos la salvación debemos invocar al Divino Espíritu diariamente, porque “el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros” (Rom 8,26).

Oración
Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el Espíritu del Santo Temor. Amén.
-Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria.

SEGUNDO DÍA (Sábado)
¡Ven, Padre de los pobres. Ven, tesoros que sostienes. Ven, Luz de todo lo que vive!
El don del Temor
El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por Dios, y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. Es un temor que se eleva, no desde el pensamiento del infierno, sino del sentimiento de reverencia y filial sumisión a nuestro Padre Celestial. Es el temor principio de sabiduría, que nos aparta de los placeres mundanos que podrían de algún modo separarnos de Dios. “Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan” (Ecl 2,17).
Oración
¡Ven, Oh bendito Espíritu de Santo Temor, penetra en lo más íntimo de mi corazón, que te tenga, mi Señor y Dios, ante mi rostro para siempre, ayúdame a huir de todas las cosas que te puedan ofender y hazme merecedor ante los ojos puros de tu Divina Majestad en el Cielo, donde Tú vives y reinas en unidad de la siempre Bendita Trinidad, Dios en el mundo que no tiene fin. Amén.

TERCER DÍA (Domingo)
Tú, de todos los consoladores el mejor, visitando el corazón turbado, da la gracia de la placentera paz.
El don de Piedad
El don de Piedad suscita en nuestros corazones una filial afección por Dios como nuestro amorosísimo Padre. Nos inspira, por amor a Él, a amar y respetar a las personas y cosas a Él consagradas, así como aquellos que están envestidos con su autoridad, su Santísima Madre y los Santos, la Iglesia y su cabeza visible, nuestros padres y superiores, nuestro país y sus gobernantes. Quien está lleno del don de Piedad no encuentra la práctica de la religión como deber pesado sino como deleitante servicio. Donde hay amor no hay trabajo.
Oración
Ven, Oh Bendito Espíritu de Piedad, toma posesión de mi corazón. Enciende dentro mío tal amor por Dios que encuentre satisfacción sólo en su servicio, y por amor a Él me someta amorosamente a toda legítima autoridad. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

CUARTO DÍA (Lunes)

Tú, en la fatiga dulce alivio, refresco placentero en el calor, solaz en medio de la miseria.

El don de Fortaleza
Por el don de Fortaleza el alma se fortalece ante el miedo natural y soporta hasta el final el desempeño de una obligación. La fortaleza le imparte a la voluntad un impulso y energía que la mueve a llevar a cabo, sin dudarlo, las tareas más arduas, a enfrentar los peligros, a estar por encima del respeto humano, y a soportar sin quejarse el lento martirio de la tribulación aún de toda una vida. “El que persevere hasta el fin, ese se salvará”(Mt 24,13).

Oración
Ven, Oh Espíritu de Fortaleza, alza mi alma en tiempo de turbación y adversidad, sostiene mis esfuerzos de santidad, fortalece mi debilidad, dame valor contra todos los asaltos de mis enemigos, que nunca sea yo confundido y me separe de Ti, Oh mi Dios y mi máximo Bien. Amén
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

QUINTO DÍA (Martes)

¡Luz inmortal! ¡Divina Luz! ¡Visita estos corazones tuyos y llena nuestro más íntimo ser!

El don del Conocimiento
El don del Conocimiento permite al alma darle a las cosas creadas su verdadero valor en su relación con Dios. El conocimiento desenmascara la simulación de las creaturas, revela su vacuidad y hace notar sus verdaderos propósitos como instrumentos al servicio de Dios. Nos muestra el cuidado amoroso de Dios aún en la adversidad, y nos lleva a glorificarlo en cada circunstancia de la vida. Guiados por su luz damos prioridad a las cosas que deben tenerla y apreciamos la amistad de Dios por encima de todo. “El conocimiento es fuente de vida para aquel que lo posee” (Prov 16,22).

Oración

Ven, Oh Bendito Espíritu de Conocimiento, y concédeme que pueda percibir la voluntad del Padre; muéstrame la nulidad de las cosas de la tierra, que tenga idea de su vanidad y las use sólo para tu gloria y mi propia salvación, siempre por encima de ellas mirándote a Ti y tus premios eternos. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria

-ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS.
ORACION POR LOS SIENTE DONES DEL ESPÍRITU:
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. Oh, Dios, que con la luz del Espíritu Santo iluminas los corazones de tus fieles, concédenos que guiados por el mismo Espíritu, disfrutemos de lo que es recto y nos gocemos con su consuelo celestial.
1
Ven, Espíritu Santo, por tu don Sabiduría, concédenos la gracia de apreciar y estimar los bienes del cielo y muéstranos los medios para alcanzarlos. Gloria
2
Ven, Espíritu Santo, por tu don de Entendimiento, ilumina nuestras mentes respecto a los misterios de la salvación, para que podamos comprenderlos perfectamente y abrazarlos con fervor. Gloria
3
Ven, Espíritu Santo, por tu don de Consejo, inclina nuestros corazones a actuar con rectitud y justicia para beneficio de nosotros mismos y de nuestros semejantes. Gloria
4
Ven, Espíritu Santo, por tu don de Fortaleza, fortalécenos con tu gracia contra los enemigos de nuestra alma, para que podamos obtener la corona de la victoria. Gloria
5
Ven, Espíritu Santo, por tu don de Ciencia, enséñanos a vivir entre las cosas terrenos para así no perder las eternas. Gloria
6
Ven, Espíritu Santo, por tu don de Piedad, inspíranos a vivir sobria, justa, y piadosamente en esta vida, para alcanzar el cielo en la otra vida. Gloria.
7
Ven, Espíritu Santo, por tu don de Temor de Dios, hiere nuestros cuerpos con tu temor para así trabajar por la salvación de nuestras almas. Gloria
Oración:
Oh Dios, que has unido las naciones en la confesión de tu nombre, concédenos que los que han renacido por el agua del bautismo, tengan la misma fe en sus corazones y la misma piedad en sus acciones.
Oh Dios, que enviaste el Espíritu Santo a los apóstoles, oye las oraciones de tus fieles para que gocen de la verdadera paz, quienes por tu gracia, han recibido el don de la verdadera fe. Te suplicamos, oh Dios, que tu Santo Espíritu encienda en nuestros corazones esa llama que Cristo trajo a la tierra y deseó ardientemente fuera encendida.
Inflama, oh Señor, nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo, para que te sirvamos castos de cuerpo y limpios de corazón. Enriquece, Señor, nuestros corazones derramando con plenitud tu Santo Espíritu por cuya sabiduría fuimos creados y por cuya providencia somos gobernados.
Te suplicamos, oh Dios Todopoderoso y Eterno, que tu Santo Espíritu nos defienda y habite en nuestras almas, para que al fin, seamos los templos de su gloria.
Te pedimos, Señor, que según la promesa de tu Hijo, el Espíritu Santo nos lleve al conocimiento pleno de toda la verdad revelada. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

VEN ESPÍRITU SANTO

María pierde y halla al Niño Jesús

La Madre de Dios, que buscó afanosamente a su hijo, perdido sin culpa de Ella, que experimentó la mayor alegría al encontrarle, nos ayudará a desandar lo andado, a rectificar lo que sea preciso cuando por nuestras ligerezas o pecados no acertemos a distinguir a Cristo. Alcanzaremos así la alegría de abrazarnos de nuevo a Él, para decirle que no lo perderemos más.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Una buena confesión de nuestros pecados en el sacramento de la Penitencia.

jueves, 13 de mayo de 2010

Oración del Papa Benedicto XVI por los Sacerdotes

Oración del Papa Benedicto XVI en la Iglesia de la Santísima Trinidad de Fátima, el miércoles, en el acto de Consagración de los Sacerdotes al Corazón Inmaculado de María al final de las vísperas.

Madre Inmaculada, en este lugar de gracia, convocados por el amor de tu Hijo Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, nosotros, hijos en el Hijo y sacerdotes suyos, nos consagramos a tu Corazón materno, para cumplir fielmente la voluntad del Padre.
Somos conscientes de que, sin Jesús, no podemos hacer nada (Cf. Juan 15,5) y de que, sólo por Él, con Él y en Él, seremos instrumentos de salvación para el mundo.
Esposa del Espíritu Santo, alcánzanos el don inestimable de la transformación en Cristo.
Por la misma potencia del Espíritu que, extendiendo su sombra sobre ti, te hizo Madre del Salvador, ayúdanos para que Cristo, tu Hijo, nazca también en nosotros.
Y, de este modo, la Iglesia pueda ser renovada por santos sacerdotes, transfigurados por la gracia de Aquel que hace nuevas todas las cosas.
Madre de Misericordia, ha sido tu Hijo Jesús quien nos ha llamado a ser como Él: luz del mundo y sal de la tierra (Cf. Mateo 5,13-14).
Ayúdanos, con tu poderosa intercesión, a no desmerecer esta vocación sublime, a noceder a nuestros egoísmos, ni a las lisonjas del mundo, ni a las tentaciones del Maligno.
Presérvanos con tu pureza, custódianos con tu humildad y rodéanos con tu amor maternal, que se refleja en tantas almas consagradas a ti y que son para nosotros auténticas madres espirituales.
Madre de la Iglesia, nosotros, sacerdotes, queremos ser pastores que no se apacientan a sí mismos, sino que se entregan a Dios por los hermanos, encontrando la felicidad en esto.
Queremos cada día repetir humildemente no sólo de palabra sino con la vida, nuestro "aquí estoy".
Guiados por ti, queremos ser apóstoles de la Divina Misericordia, llenos de gozo por poder celebrar diariamente el Santo Sacrificio del Altar y ofrecer a todos los que nos lo pidan el sacramento de la Reconciliación.
Abogada y Mediadora de la gracia, tú que estas unida a la única mediación universal de Cristo, pide a Dios, para nosotros, un corazón completamente renovado, que ame a Dios con todas sus fuerzas y sirva a la humanidad como tú lo hiciste.
Repite al Señor esa eficaz palabra tuya: "no les queda vino" (Juan 2,3), para que el Padre y el Hijo derramen sobre nosotros, como una nueva efusión, el Espíritu Santo.
Lleno de admiración y de gratitud por tu presencia continua entre nosotros, en nombre de todos los sacerdotes, también yo quiero exclamar: "¿quién soy yo para que me visite
la Madre de mi Señor? (Lucas 1,43)
Madre nuestra desde siempre, no te canses de "visitarnos", consolarnos, sostenernos.
Ven en nuestra ayuda y líbranos de todos los peligros que nos acechan.
Con este acto de ofrecimiento y consagración, queremos acogerte de un modo más profundo y radical, para siempre y totalmente, en nuestra existencia humana y sacerdotal.
Que tu presencia haga reverdecer el desierto de nuestras soledades y brillar el sol en nuestras tinieblas, haga que torne la calma después de la tempestad, para que todo hombre vea la salvación del Señor, que tiene el nombre y el rostro de Jesús, reflejado en nuestros corazones, unidos para siempre al tuyo.
Así sea.
[© Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana]

Rosario Oficial de Fátima.

Al inicio del Rezo del Santo Rosario de las antorchas en la explanada del Santuario del miércoles 12 de mayo el Santo Padre recibió de monseñor António Marto, obispo de Leiria-Fátima, el PRIMER ROSARIO OFICIAL DE FATIMA.

Se trata de un rosario de oro, en el que los Padrenuestros y las Avemarías están formados con piedras de topacio. El oro, "no se altera, y evoca el color del sol, símbolo que la Iglesia asocia con Jesucristo", mientras que el topacio "hace pasar la luz azul del cielo, limpio y profundo, color que la tradición asocia con la figura de María", según explica la página oficial del Santuario de Fátima. 

Oración del Papa Benedicto XVI

Oración que pronunció el Santo Padre Benedicto XVI al llegar en la tarde del miércoles 12 a Fátima, durante su visita a la Capilla de las Apariciones del Santuario de la Virgen.

Santo Padre:
Señora Nuestra y Madre de todos los hombres y mujeres, aquí estoy, como un hijo que viene a visitar a su Madre y lo hace en compañía de una multitud de hermanos y hermanas.
Como sucesor de Pedro, a quien se le ha confiado la misión de presidir al servicio de la caridad en la Iglesia de Cristo y de confirmar a todos en la fe y en la esperanza, quiero presentar a tu Corazón inmaculado las alegrías y las esperanzas además de los problemas y los sufrimientos de cada uno de estos hijos e hijas tuyos que se encuentran en la Cova de Iría o que nos acompañan desde lejos.
Madre amabilísima, tu conoces a cada uno por su nombre, con su rostro y su historia, y quieres a todos con la benevolencia materna que brota del corazón mismo de Dios Amor.
A todos te los confío y consagro. María Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra.
[Cantores y asamblea: Nosotros de cantamos y aclamamos, María (v.1)]

Santo Padre:
El venerable Papa Juan Pablo II, que te visitó tres veces, aquí en Fátima, y dio gracias a esa "mano invisible" que lo libró de la muerte en el atentado del 13 de mayo, en la Plaza de San Pedro, hace casi treinta años, quiso ofrecer al Santuario de Fátima un proyectil que le hirió gravemente y fue incrustado en tu corona de Reina de la Paz.
Es de profundo consuelo saber que tu estás coronada no sólo con la plata y el oro de nuestras alegrías y esperanzas, sino también con el "proyectil" de nuestras preocupaciones y sufrimientos.
Agradezco, Madre querida, las oraciones y los sacrificios que los Pastorcillos de Fátima elevaban por el Papa, llevados por los sentimientos que tú les inspiraste en las apariciones.
Agradezco también a todos aquellos que, cada día, rezan por el sucesor de Pedro y por sus intenciones para que el Papa sea fuerte en la fe, audaz en la esperanza y celoso en el amor.
[Cantores y asamblea: Nosotros de cantamos y aclamamos, María (v.2)]

Santo Padre:
Madre querida por todos nosotros entrego aquí en tu Santuario de Fátima, la Rosa de Oro que he traído de Roma, como homenaje de gratitud del Papa por las maravillas que el Omnipotente ha realizado por tu mediación en los corazones de tantos peregrinos que vienen a esta tu casa materna.
Estoy seguro de que los Pastorcillos de Fátima los beatos Francisco y Jacinta y la sierva de Dios Lucía de Jesús nos acompañan en esta hora de súplica y de júbilo.
[Cantores y asamblea: Nosotros de cantamos y aclamamos, María (v.2)]
© Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana]

Virgen de Fátima

13 de Mayo 2010

Vida oculta en Nazaret
Me gusta volver con la imaginación a aquellos años en los que Jesús permaneció junto a su Madre, que abarcan casi toda la vida de Nuestro Señor en este mundo. Verle pequeño, cuando María lo cuida y lo besa y lo entretiene. Verle crecer, ante los ojos enamorados de su Madre y de José, su padre en la tierra. Con cuánta ternura y con cuánta delicadeza María y el y José se preocuparían de Jesús durante su infancia y, en silencio, aprenderían mucho y constantemente de Él. Sus almas se irían haciendo al alma de aquel Hijo, Hombre y Dios. Por eso la Madre —y, después de Ella, José—conoce como nadie los sentimientos del Corazón de Cristo.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Cumplir con perfección y alegría, y por amor a la Santísima Virgen, mis deberes profesionales.

miércoles, 12 de mayo de 2010

María huye a Egipo

El misterio de María nos hace ver que, para acercarnos a Dios, hay que hacerse pequeños. “En verdad os digo -exclamó el Señor dirigiéndose a sus discípulos-, que si no os volvéis y hacéis semejantes a los niños, no entraréis en el reino de los cielos”
Hacernos niños: renunciar a la soberbia, a la autosuficiencia; reconocer que nosotros solos nada podemos, porque necesitamos de la gracia, del poder de nuestro Padre Dios para aprender a caminar y para perseverar en el camino.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Visitar a un enfermo o a una persona solitaria y compartir el gozo de la confianza absoluta en Dios.

Felicidades Enfermeras y Enfermeros


Con el poster quiero felicitar a las Enfermeras y Enfermeros del mundo entero hoy 12 de mayo

DÍA INTERNACIONAL DE ENFERMERÍA

¡¡¡¡ FELICIDADES !!!!

A TODOS LES DEDICO EL CIRCO DE LA MARIPOSA

El Circo de la Mariposa (2a parte)

El Circo de la Mariposa (1a parte)

martes, 11 de mayo de 2010

JESÚS EL DE LA SÁBANA SANTA

MARÍA RECIBE A LOS REYES MAGOS

“Entrando en la casa, vieron al Niño con María, su Madre. Nuestra Señora no se separa de su Hijo. Los Reyes Magos no son recibidos por un rey encumbrado en su trono, sino por un Niño en brazos de su Madre. Pidamos a la Madre de Dios, que es nuestra Madre, nos prepare el camino que lleva al amor pleno: Cor Mariae dulcissimum, iter para tutum! Su dulce corazón conoce el sendero más seguro para encontrar a Cristo”.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María:
Hacer algunas visitas a pobres o enfermos llevándoles el cariño de nuestra presencia.

Oración para el Mundial de Foot ball 2010

Oración oficial que la Conferencia Episcopal de Sudáfrica ha aprobado para el Mundial de Fútbol, y que se encuentra en la página oficial de la campaña Church on the Ball.
Dios todopoderoso,
creador de todo, mientras personas
de todas las naciones se congregan, con pasión
y entusiasmo para la Copa Mundial de Fútbol 2010, que
nosotros los sudafricanos podamos ser buenos anfitriones, que
nuestros visitantes sean huéspedes bienvenidos y que los jugadores de
todos los equipos sean bendecidos con un buen espíritu deportivo y con
la salud. Que tu Espíritu de equidad, justicia y paz prevalezca entre jugadores
y participantes. Que puedan contribuir, cada uno a su manera, de forma positiva
para la prevención, el control y la lucha contra el crimen y la corrupción, el
vandalismo de cualquier tipo y la explotación y el abuso, sobre todo de
los más vulnerables. Que aquellos que están lejos de sus hogares y
de sus familias encuentren mucha alegría con ocasión de la
celebración del hermoso juego del fútbol y del bello
juego de la vida conforme a Tu plan
para el bien común de todos.
Amén
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